jueves, 8 de septiembre de 2011

En mi mundo de dolor: Capitulo 4: “La vida duele”

-¿Por qué me miras asi?- le pregunté, mientras jugaba con mis pies, subiéndolos para arriba y para abajo.
-¿Mirarte cómo?- me preguntó haciéndose el loco.
-Con esa cara de embobado- le dije mientras me sonrojaba.
-Es que eres muy bonita- me respondió.
-Mentiroso- le dije.
-¿No me crees?- me preguntó.
-No- le dije.
-Si asi lo dices; oye me ibas a decir cómo era yo cuando estábamos bailando- me dijo.
-En serio quieres que te lo diga?- le pregunté.
-Dime todo lo que piensas sobre mi- se acercó y se sentó en la cama a la altura de mis caderas, haciendo que me diera vuelta quedando boca arriba y mi vestido se había subido hasta la altura de mis rodillas.
-No terminaría nunca- dije irónicamente.
-Dime las principales y si no yo tengo toda la noche para escucharte- se me había olvidado contarles que la luz estaba apagada por lo tanto se veía la luz de la luna reflejada en su rostro haciendo que se viera más hermoso ¿¡Hermoso!? Que estoy diciendo?. La ventana estaba abierta así que una brisa hacía que su pelo se meciera, haciéndole ver una de sus rostros más hermosos.
-Un pervertido- le dije.
-Esa cualidad la tengo más que clara- me dijo.
-A veces y cuando se te da’ la gana tierno- le dije.
-Si eso es verdad- me dijo.
-Mph… si tuviera que poner solo una palabra- cerré mis ojos para poder pensar con claridad. Ikuto era del hombre serio, sexy (lo admito), a veces tierno, a la moda, y un gato. Sobre todo pervertido (N/A: eso es lo que más nos gusta de él no?) y siempre me hace sonrojarme y enojarme. No era lo mismo con Tadase, él era diferente, único y quizás el único que me hacía reír. Un día me dijo que empezó a ser gay. Eso me asustó por lo cual yo empecé a estar mucho tiempo con él y pasamos buenos ratos. Pero llegó la hora de su muerte. Había muerto, y necesitaba averiguar sobre su muerte; aunque no sé exactamente para que, quizás para atrapar al culpable y que lo manden a la cárcel por quitarme a mi mejor amigo.
-Misterioso- si esa era la palabra- si, me conformo- me afirmé a mi misma.
-¿Así que misterioso?- me preguntó.
-Si, es una de las cosas por lo cual te describen en total-
-Mph- sonrió levemente- eso es verdad- sentía que la cama se movía. Abrí los ojos y descubrí que Ikuto se había acomodado al lado mío.
-P-pero porque te pusiste aquí?- le pregunté desesperadamente.
-Porque es mi cama ¿No es obvio?- me acordé que estaba en la cama de Ikuto.
-Moh Ikutooo- mientras decía esto se daba vuelta hacia su derecha quedando su cara cerca de la mía, y con su pecho bien apegado al mío.
-Ahhh, solo quédate quieta un rato- me dijo.
-O mejor me voy a mi pieza para dejarte dormir tranquilo- me senté en la cama, para poder salir de allí. Era una cama de plaza y media, por lo tanto podía poner mis pies en el suelo con facilidad. Pero no alcancé ni si quiera a poner mis pies en el suelo, ya que Ikuto me tomó de la cintura y me tiró para atrás.
-Sólo un rato- se aferró a mi como si fuera un bebé. Me hizo una especia de “koala” pero en la cama. Se enrolló en mi con sus piernas, sus brazos alrededor de mi cintura y su cabeza en mi pecho.
-MMM…tus pechos son muy pequeños ¿eh? Aunque me lo esperaba de ti- ¡Pooof! Enrojecí hasta llegar a mi punto máximo de sonrojo. Mi corazón empezó a latir demasiado fuerte.
-Su-suéltame pervertidoooo- le grité, pero mientras más me movía, más me apretaba y me dolía.
-Me-me duueelee- le dije.
-Si te mueves más; más te va a doler- me dijo. Después de un buen forcejeo me quedé quieta.
-¿Te rendiste?- me dijo como si nada.
-No tuve opción, contigo a mi lado, es difícil zafarse- dije yo.
-Es un buen punto, eres muy observativa-
-Pues, es una de mis cualidades- ahí me soltó de a poco, hasta que por fin pude movilizarme. Lo primero que hice fue sacar mi brazo izquierdo; era el que más me dolía, porque esta apegado en el torso de Ikuto, entonces cuando me apretaba me dolía.
-¿Te dolió el brazo?- se soltó de mi y se sentó encima de mí, como si yo fuera su montura de caballo, pero no se apoyaba en mí, si no que se sostenía en su propio peso. Me tomó el brazo y me lo apretó.
-Chistt…-me lamenté.
-Perdón, te duele mucho? Espérate aquí- se salió de esa incómoda posición y desapareció en su baño. Al poco rato volvió con una venda de color blanco.
-¿Te puedes sentar?- yo le hice caso y él se arrodilló en forma de pedir matrimonio.
-Perdón, esto fue mi culpa- tenía una cara de preocupado que me conmovió.
-¿Puedes ver con solo la luz de la luna?- le pregunté.
-Claro, soy un gato- me empezó a poner la venda por el brazo hasta llegar a mi codo.
-Por cierto, no has visto a Yoru y las chicas?- le pregunté.
-Me dijo que iba a iniciar una misión secreta, o algo por el estilo, tu sabes como son- es verdad, son muy energéticas cuando se lo proponen.
-Woww!! Tienes unas manos muy bonitas, no son afeminadas, si no que son…bueno, no sé como describirlo!- le dije mientras le tomaba su mano y la examinaba cuidadosamente.
-Amu- dijo mi nombre.
-¿Si? Esa soy yo- le respondí.
-¿Te seguía gustando Tadase cuando murió?- Esa pregunta hizo que soltara la mano de Ikuto, y miré para abajo. Se acercó a mi apoyado en sus dos rodillas.
-Hace frío no?- cambié de tema e iba a pararme- iré a cerrar la ventana-
-Amu- dijo Ikuto con una voz amenazante. No me paré y me senté en la cama nuevamente. Ikuto me buscaba con su mirada pero yo la evadía. Pero en un improvisado momento me tomó mi pera (N/A:o barbilla, como ustedes le dicen) y me la levantó para mirarlo a los ojos. No pude evitar su mirada.
-Qué pasa?- le pregunté.
-Amu, contéstame la pregunta-
-Primero suéltame- me soltó y me paré para ir corriendo hacia la puerta, pero en un rápido movimiento Ikuto hizo que quedara contra la pared; quedando inmovilizada.
-Tu no te vas de aquí hasta que me lo digas-
-Yo-yo – dije mientras mis lágrimas caían sin parar.
-¡¡¡YO AMABA A TADASE-KUN PERO SE VOLVIÓ GAY Y DE PRONTO ME DOLÍA MUCHO EL CORAZÓN, ME SENTÍA HORRIBLE Y NO PUDE SOPORTAR VERLO DE ESA MANERA, POR ESO, POR ESO FUI SU MEJOR AMIGA HASTA QUE…HASTA QUE…-Ikuto me soltó y le dije:
-Murió- me secaba mis lágrimas con mis manos pero no podía parar. Ikuto se echó para atrás como si hubiera visto a un fantasma, pero se recuperó y se acercó a mi. Yo necesitaba un abrazo, de alguien, pero mi corazón me pedía un abraso de Ikuto. Lo abrasé tan fuerte que los dos caímos en la cama. El me recibió con un cálido abraso en respuesta del mío. Sentía los latidos de su corazón. Palpitaba lento, calmado y pareciera como si ronroneara. Me empezó a acariciar mi cabeza lentamente.
-Hey, ten cuidado con ese brazo, aún no está del todo sano- me dijo como si fuera mi papá. Luego de un rato me levantó como si fuera una princesa, y me quería llevar a mi cuarto. Pero en el umbral de su puerta le dije:
-No quiero ir a mi pieza- le dije. No quería dormir en la pieza, sola, llena de remordimientos.
-Y que quieres mi princesa?- me preguntó. Tenía ganas de dormir con Ikuto.
-P-puedo dormir contigo?- le pregunté, me daba vergüenza pero no quería dormir sola.
-Pero por qué no quieres ir a tu pieza?-
-Me siento sola-
-Y tus charas?-
-Las chicas son muy pequeñas y si duermen conmigo las aplastaría-
-Está bien, tienes pijama? No puedes dormir así, a tu cuerpo le hace mal-
-Está bien, me cambiaré en mi pieza y vuelvo- me bajó de sus brazos.
-No te quieres cambiar en la mía?- me preguntó.
-Ni lo sueñes pervertido-
-No estaría mal soñar contigo aunque no sería novedad si lo vuelvo a hacer-
-¿Ya lo has hecho?- Sonrió como en respuesta de que si.
-Ya vete a tu cuarto, voy en seguida- me fui a mi cuarto y le cerré la puerta. ¿¿¿Iba a dormir con Ikuto??? Obviamente me había acostumbrado a él, como cuando dormía con él todos, o bueno la mayoría de los días porque los echaba de mi cama, como cuando me dijo que me amaba y que yo juré que era mentira. Me puse mi pijama, que es una pieza sin mangas y me llegaba un poco más arriba de mis rodillas, después me lavé los dientes. Las chicas aún no llegaban. Me dirigí a la pieza de Ikuto. Abrí la puerta y, como antes, todo estaba apagado y solo la luz de la luna reflejaba la pieza. Ikuto no estaba en la cama. De todas maneras me acosté de lado cosa de mirar la puerta del baño. La luz de adentro estaba encendida. De pronto la luz se apagó y se abrió la puerta. No se veía muy bien, pero se veía que Ikuto estaba allí con unos pantalones. No vi nada para arriba. Cuando se acostó, lo noté. Estaba a torso desnudo, y por supuesto estaba calentito y yo helada. Tenía frió, pero Ikuto no lo tenía.
-¿Tienes frío?- me preguntó al oído.
-N-no- le dije, pero no paraba de temblar.
-No mientas, vas as tomar un resfrío- me abrazó por detrás.
-I-Iku-Ikuto perver-tido- le dije, pero al sentir su cuerpo en calor mi cuerpo dejó de temblar como por arte de magia.
-Shh…déjame dormir, mañana me reclamas todo lo que quieras- me dijo, y al parecer se durmió casi al instante. En cambio a mi me costó dormirme no había visto a mis amigos y me cambiaré a otro colegio. Y más preocupada estoy porque mis charas no volvieron cuando fui a buscar mi pijama. Al final me dormí a gusto.
Me sentía incómoda y me desperté alrededor de las dos de la mañana. Ikuto no estaba a mi lado; si no que encima mío!!!
-I-ikuto!! ¿Qué estás haciendo?- le pregunté.
-Nada que te importe- me dijo mientras se acercaba a mi rostro.
-Ikuto, estás en cima mío, como quieres que no me impor--¡?- me puso su dedo índice en mi boca.
-Shhh, o quieres que despertemos a todo el mundo?- me dijo susurrándome.
-Está bien pero qué estás haciendo encima mío?- le pregunté, pero en un tono bajo.
-Lo que debí haber hecho en mucho tiempo, o desde el día en que te conocí- Me iba a besar, pero no lo dejé. Abrasé su desnudo torso (N/A: Me da vergüenza decirlo pero cuando me lo imagino me tuve que traer un balde para mi baba) y lo empujé hacia mi cuello.
-Ikuto estoy recién tratando de salir de mi dolor, porfavor dame tiempo- le dije, pero inesperadamente empezó a besar mi cuello, como un vampiro. Después de besarlo desesperadamente, se alejó de mí y a la luz de la luna de veían sus labios brillantes a causa de la saliva. Me apetecía probarlos, pero la imagen de Tadase se me aparecía en su rostro. Le tomé sus hombros y me senté al frente del él.
-Mañana hablamos- le dije.
-Mañana es hoy tontita- me dijo, y tenía la razón.
-Bueno, entonces cuando se levanten los demás- le dije.
-Para mí solo estás tú- eso fue demasiado tierno y sentía que me sonrojaba. Lo tiré para atrás, y yo quedé encima de él. Me acerqué a sus labios, y él y yo cerramos los ojos; pero no los probé. Me alejé a tiempo. Me acosté en silencio mientras él seguía tirado en la cama como medio en shock. Después se recuperó y se acostó pero me estaba dando la espalda, como si estuviera enojado conmigo.

Holaass!!! Como están??? Al fin terminé el capitulo. XD En el otro capi hago el detrás de las cámaras porque me están quitando el computador yaa-nee!!

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